El Hércules, sin Solde ni Romera, resuelve un encuentro con tres fogonazos y un gol sobre la bocina de Artiles para hundir al Algeciras en la clasificación.
En la previa del encuentro, la teoría nos decía que presenciaríamos un partido monótono y de pocas alternativas. La lesión de Solde y el hecho de que el Algeciras aún no haya ganado en el Nuevo Mirador ponían cuesta arriba a los aficionados de ambos equipos que encendieran la televisión para presenciar el encuentro. Por suerte, la teoría se convierte en papel mojado cuando el balón echa a rodar y la única regla inmutable es que no sabes qué pasará durante los siguientes 90 minutos.
Tanto es así que el Algeciras, ese equipo que iba a menos de un gol por partido, estrenó el marcador a los cinco minutos de que el árbitro diera el silbatazo inicial. Una internada de Escudero por banda izquierda, con caño incluido a Sotillos, terminó con un centro raso al corazón del área que Diego Esteban remató al lateral de la portería. Un pequeño aperitivo de lo que sería el festival de goles de la primera parte.
Con un juego algo más fluido del Hércules, que pudo sacar el balón con calidad en alguna ocasión, los alicantinos tuvieron varias oportunidades consecutivas. Primero Coscia con una volea desviada, más tarde Espinosa seguido de una gran parada del debutante Iker Venteo y, en el córner inmediatamente posterior, el premio del gol que Montoro, libre de marca y casi sin necesidad de saltar, logró rematando con la testa para poner el empate.
Instantes después, Merchán volvió a romper a Sotillos y después de colgar el centro al área, el madrileño llegó tarde y provocó un penalti para los gaditanos. Avilés, uno de los pocos goleadores del cuadro local, erró la pena máxima. A partir de ese momento, el Hércules trabó todo lo que pudo el juego del Algeciras y convirtió lo que restaba de primera mitad en una amalgama de faltas.
En otro córner, esta vez para el conjunto andaluz, Marino estuvo a punto de convertir un barullo en el área en el 2-1 con un disparo desde el suelo y cuando más ahogado parecía el Hércules, un balón el largo a Coscia se convirtió en una falta lateral que el mismo argentino acabó embocando para que Josema Gómez anotara tras el rechace de Venteo. El gol no subió por un fuera de juego del último hombre.
Y de portería a portería, un malogrado intento de salida de balón del Hércules llevó el esférico a una banda derecha por la que, a pesar de la sustitución por lesión de Sotillos, el Algeciras no dejaba de percutir. Éric Montes, con un reverso fantástico, despistó a toda la zaga y puso un centro-chut que Abad introdujo en su portería pero que, por si acaso, llegó Rodri Escudero a remachar para evitar la duda.
Con los dos equipos pidiendo el descanso, el más fresco de todos, Álvaro Hernáinz, entrado en el ecuador de la primera parte, aprovechó que nadie le salió a presionar tras el saque en corto de una falta y pegó un cañonazo ejemplar a la escuadra. 18 partidos más por jugarse, pero ya tenemos gol de la jornada. La reacción del CM herculano no tuvo pérdida. En los segundos 45’, el Hércules continuó inconexo y falto de ideas, tratando de aprovechar el balón parado, pero fue en vano.
El Algeciras pudo desarrollar su juego, pero echó en falta la verticalidad que Avilés y Merchán demostraron en la primera mitad. Cuando, después de tantos y tan tediosos minutos, ambos parecían dar el punto del empate por bueno, Artiles, que entró por Mangada, se hizo hueco en la frontal y, tras librarse de su par chutó cruzado a la cepa del palo, haciendo imposible la estirada de Venteo y el esfuerzo de un Algeciras que sigue sin ganar frente a su gente. El Hércules jugó mal, pero resolvió para ponerse líder, como hacen los campeones cuando es necesario.
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