La peinada de Medina tras la falta ejecutada de Gallar y el penalti convertido de Coscia alegran un encuentro abocado al entretenimiento sin goles.
Con los únicos cambios de Unai Medina por Eugeni en el Ibiza y de Josema Gómez por Álvaro Hernáiz en el Hércules, ambos conjuntos saltaron al rectángulo de juego del Estadio Municipal de Can Misses con las ideas muy claras: los locales, a hacerse con la posesión para morder desde el principio, y los visitantes, a establecerse y evolucionar poco a poco en el encuentro sin encajar temprano, como sí les ocurrió ante el Intercity el pasado fin de semana.
El fútbol control de los isleños era patente, pero también que le costaría materializarlo en el luminoso. Mucho balón, mucho movimiento en la medular, pero pocas oportunidades claras que en todo momento controló un Carlos Abad. Los ibicencos movían la manija del partido sin casi oposición, pero les costaba pisar área rival y por ello recurrían, sin éxito y casi como un vicio, al buen disparo lejano de Gallar, Eugeni y Valderrama.
Los herculanos acusaban una pasividad pasmosa que casi parecía practicada, esperando a que Solde cogiera la pelota y se sacara de la chistera un gol o una asistencia, que sí acabó dando a Romera para anotar, pero en fuera de juego. Poco a poco, los de Rubén Torrecilla se fueron desperezando, aunque con la misma consigna: rocosos y seguros en defensa, pero mal colocados y desorientados en ataque.
La escuadra alicantina fue lentamente fagocitando la posesión de los celestes, como buen equipo ‘de menos a más’, que definen los entendidos del balompié. Intercambio de papeles tras el descanso, pero mismo tipo de partido, con mucho espectáculo, pero sin la guinda del gol. El Ibiza, eso sí, lo intentaba a través de Naranjo, primero con la cabeza a un centro lateral, y más tarde con un mano a mano ante Abad que concluyó con un regate frustrado por el meta.
Sin embargo, tanto va el cántaro a la fuente… Que finalmente llegó el gol. Falta lateral, cerca de la esquina del área, de esas complicadas para los porteros. Balón tenso de Gallar y, como marcan los cánones, alguien para peinarlo cerca de la portería. El insospechado, el tapado, la novedad en el once; ahí estuvo Unai Medina para marcar de espaldas y presentar su candidatura a la titularidad después de sólo un cuarto de hora disputado en las tres primeras jornadas.
Poco duró la alegría en la isla cuando una prolongación de Colomina a un saque de banda se convirtió insospechadamente en una asistencia a Coscia. Indias no lo pudo permitir; agarrón, roja y penalti, mal negocio para el central vigués. Y como se suele decir, llegar y besar el santo. Coscia lo cocinó y Coscia se lo comió convirtiendo la pena máxima como nunca se ha de hacer: raso, centrado y sin mucha fuerza.
Con el empate y las espadas en todo lo alto, los cambios y la expulsión enfriaron el ímpetu de los dos conjuntos por llevarse los tres puntos. Sin Gallar, Valderrama ni Ferrer en el Ibiza, ni Romera, Colomina y Solde en el Hércules. Justo empate que deja sin liderato a los insulares pero que alejan de la zona roja a los alicantinos.
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