Con cuatro puntos en su casillero, el Amorebieta es penúltimo del grupo 2 y no muestra síntomas de mejoría. Julen Guerrero, está al borde del abismo.
La situación de Julen Guerrero al frente del Amorebieta pende de un hilo. Tras una racha de solo una victoria en siete jornadas, los rumores sobre su destitución se intensifican. La última derrota ante el Athletic B, donde el equipo mostró una imagen deslucida y carente de ideas, ha sido la gota que colma el vaso. En la rueda de prensa posterior al partido, Guerrero intentó defender a su plantel: “Los jugadores lo han dado todo, pero nos hemos encontrado a un rival muy fuerte. Vamos a seguir trabajando al máximo”. Sin embargo, sus palabras no han logrado calmar las aguas que rodean al club y a su afligida afición.
El Amorebieta, que descendió de Segunda División la temporada pasada, tenía como objetivo principal regresar a la categoría de plata del fútbol español. No obstante, la realidad ha sido muy distinta. Con solo una victoria en su haber y un juego que deja mucho que desear, la paciencia de la directiva y de la afición se agota. La falta de un estilo de juego definido y la incapacidad para destacar en alguna faceta del juego han sido evidentes en cada jornada.
De las peores cifras de la categoría
Las cifras del equipo son alarmantes. Junto al Fuenlabrada, el Amorebieta es el equipo que menos goles ha anotado en la categoría, y uno de los que más en contra ha recibido. Esta combinación letal de ineficacia ofensiva y fragilidad defensiva ha condenado al equipo a los puestos bajos de la tabla. A pesar de contar con jugadores de calidad como Hervías, Berto o Nakai, el equipo no ha encontrado una figura clara sobre la que apoyarse ni un líder que marque la diferencia en el campo.
El Amorebieta, que en teoría debería estar luchando por los puestos de ascenso, se encuentra en una situación crítica. La falta de resultados y de un juego convincente han puesto a Julen Guerrero en la cuerda floja. Si no se produce un cambio radical en las próximas jornadas, el equipo se verá abocado a la Segunda Federación, dado que la destitución del vizcaíno parece inevitable. La directiva deberá tomar decisiones difíciles para intentar revertir una situación que, por ahora, parece no tener solución.
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