El Real Murcia destronan sin dominio claro a un Mérida sin energía, ideas ni juego pero con mucho desgaste físico y un desaparecido Javi Eslava.
Puede que el Mérida no esté prácticamente nunca en las quinielas de los entendidos del fútbol para ascender a Segunda División a final de temporada, pero tras un arranque liguero en el que han dormido líderes la última jornada, en el que se han convertido en el conjunto más goleador de toda la categoría y en el que no se habían encontrado por detrás en el marcador ni un sólo minuto, se auguraba que este no sería un partido más.
Por tanto, choque de titanes entre el equipo más en forma de la competición, y un siempre contendiente a la promoción como es el Real Murcia, jugando además ante su gente. Ambas escuadras salieron al verde conscientes del peligro del enemigo que hoy tenían enfrente, pero sin renunciar al juego que finalmente acabó por imponer el músculo de Yriarte y Moukhliss, así como la calidad de Juan Carlos Real.
Juego inconexo, incoherente y algo disperso de los de Sergi Guilló, por su parte, pero con el siempre peligroso Javi Eslava, actual máximo goleador del Grupo 2 de 1ºRFEF, a quien apenas le caía algún balón llovido y la defensa pimentonera supo desactivar muy bien. Con el juego en botas de los futbolistas murcianos y la calidad que desbordan los jugadores de ataque, el gol local no se iba a hacer demasiado esperar. Y así fue.
Mucho juego en tres cuartos, muchas superioridades con balón… Pero el gol del Murcia llegó por un error que normalmente cometen los benjamines. Un error en el saque de banda terminó con un cuatro para dos conducido por un Juan Carlos Real que filtró para Pedro Benito, entrando entre centrales como si de una alfombra roja se tratase, y dribló a su izquierda para deshacerse de Juanpa y marcar a placer.
El Murcia, con el marcador a su favor, controlaba el juego, mientras el Mérida funcionaba a tirones, pero con un juego directo eficaz que de vez en cuando metía el miedo en el cuerpo a los pimentoneros. Descanso de ajustes, pero mismo guion para una segunda mitad que se puso todavía más de cara para los locales después de un jugadón colectivo, de esos en los que todos los jugadores tocan el esférico.
Balón a banda al primer toque para Pedro León, centro medido a su homónimo Benito y paradón de Juanpa en la misma línea de gol, que Juan Carlos Real no desaprovechó para remachar y poner el 2-0 en el marcador y el ánimo de los romanos por los suelos. Tras ello, desgaste físico en el mediocampo, mucho balón a banda del Mérida y un Javi Eslava que simplemente desapareció.
Partido muerto en el 70’ que unos cambios sorprendentemente ofensivos por parte de ambas escuadras no pudieron resucitar y con un Mérida que no puedo jugar tan directo como le gusta, viéndose obligado a masticar más el fútbol, que claramente se les hizo bola. Naufragio de los chicos de Guilló en el Enrique Roca, y motivos para creer en este Murcia, fuerte, con fondo de armario y un trío atacante con muy malas ideas pero muy buenas cualidades para ejecutarlas.
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